La procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, reveló ayer que le “afectó” la amenaza que alguien le hizo por WhatsApp, de que podía “mandar a matar a su hijo”.
Germán Brito dio la información al recibir en la sede de la Procuraduría a un grupo de personas simpatizantes de la Marcha Verde que fueron a ofrecerle su apoyo y le vociferaban que “no estaba sola”. La máxima representante del Ministerio Público tiene tres hijos, dos hembras y un varón, este último con una condición especial.
“Lo que a mí me afectó fue que alguien que me mandó un mensaje por WhatsApp, diciéndome que, si le tocaban a su gente, no sé quiénes son sus gentes en las cárceles, eso se iba a resolver con sangre y que no era la mía, el que escribía, lo dijo, así mismo: ‘Yo le puedo mandar a matar a su hijo’, dijo la funcionaria.
Desde la Procuraduría no se han dado detalles sobre la intimidación que se hace a su titular, quien arguyó que “es una cuestión que debe llevarse a discreción” para no entorpecer la investigación.
Según publicó el periódico El Día, quien amenaza a Germán Brito es un narcotraficante que reside en España, afectado por las medidas que se han tomado en una cárcel del país en donde tenía negocios.
A pesar de admitir que la intimidación de la que es víctima le afectó, la procuradora afirmó que no cree que las personas que lo hacen “vayan a tener éxito”.
El presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), vicealmirante José Manuel Cabrera Ulloa, dijo recientemente que los organismos de seguridad del Estado investigan la amenaza a Miriam Germán Brito, pero que por el momento no pueden ofrecer los pormenores de las indagatorias.
El día que sintió terror
La procuradora general, cuyo espíritu contestatario en su trayectoria de casi cincuenta años en la carrera judicial y en el Ministerio Público la ha caracterizado, dijo hace cuatro años que una sola vez sintió terror. En esa ocasión, según relató en una entrevista, le dio un “escalofrío”, cuando dos hombres en una motocicleta la vieron caminando a pie en una calle y le reprocharon lo siguiente: “mira, tú suelta a los comunistas y mira aquí como va sola”. La entrevista se la hizo Carolina Santana en La Gran Pregunta, transmitida por YouTube.
Entre las decisiones que ha tomado Miriam Germán Brito y que la han catapultado como una de las integrantes de la judicatura que no tienen miedo fue una carta que escribió a Joaquín Balaguer cuando era presidente, en 1993, que, según la magistrada tildó a la justicia como “un mercado”.
En la misiva cuestionó al mandatario “el desprecio” que exhibía por el Poder Judicial. El exjefe de Estado hizo lo mismo, le dirigió una carta en la que le decía que recibió la de ella “complacido de su valiente comunicación” y que, aunque compartía “muchos” de sus criterios, disentía de otros. La crítica de Balaguer a la justicia se debió a una sentencia que emitió Miriam como jueza a favor de un colombiano.
Dice no ha dejado la dignidad en el camino
La procuradora general insistió ayer, al ser abordada por los periodistas, que ha tenido que sobrellevar “circunstancias difíciles” durante su larga carrera en la judicatura y en el Ministerio Público y “sin dejar la dignidad perdida en el camino”.
“Yo siempre me he considerado como lo que soy, una simple servidora pública, como un maestro, como un mensajero, como cualquier persona, he tenido circunstancias difíciles, las he sobrellevado sin dejar la dignidad perdida en el camino”, sostuvo.
Entre las personas que acudieron a darle su apoyo estuvieron Narciso Isa Conde, Virtudes Álvarez y la joven Natalia Mármol.
Calificaron como “ominosa” la amenaza a la procuradora porque proviene de “poderosas e inescrupulosas instancias del crimen organizado” que se proponen agredirla a ella y a su familia con la protección y complicidad de “mafiosos del poder”.
No se debe tolerar
El exprocurador general de la República, Francisco Domínguez Brito afirmó que esas amenazas no son frecuentes en el país y que él nunca las recibió. Afirmó que se debe identificar a la persona que las hizo para que haya consecuencias. Cree que debe ser alguien con niveles profundos dentro del crimen y que la sociedad “no puede darse el lujo de permitir ni de tolerar” la intimidación a Miriam Germán.