La clasificación de los desechos es una realidad en otros países, pero en República Dominicana es un experimento de prueba y error ya que el desconocimiento que existe hace que muchas personas no vean la necesidad, ni la importancia de hacerlo y que muchas otras no sepan cómo hacerlo. Actualmente, con el impacto negativo que tienen nuestros desechos en el medio ambiente, muchos grupos y personas se han dado a la tarea de ser los recolectores e implementar programas de recogida y educación para gestionar los desechos y convertirlos en recursos. Pero, ¿cómo se clasifican? Te lo contamos en el marco del Día Mundial del Reciclaje.

Desechos orgánicos e inorgánicos

Existen muchas formas de clasificar: la primera solo se simplifica en dos tipos de desechos, y consiste en dividir rubros con la finalidad de propiciar el reciclaje y la desintegración de lo que no puede ser reutilizado.

Esta división se compone en basura orgánica y basura inorgánica: la primera se refiere a todo aquello que es de origen natural, es la que se produce de los restos de seres vivos. Se consideran desechos orgánicos las hojas, ramas, cáscaras, frutos en descomposición, restos de frutas o verduras, estiércol, huesos, papel, cartón y madera.

La segunda se refiere a los desechos que no provienen de ningún ser vivo, sino que tiene una composición sintética; por esta razón tarda en descomponerse y reintegrarse al medio ambiente. Algunos ejemplos de estos son: plástico, metal, vidrio, etc. A los desechos inorgánicos se les debe dar un tratado especial para que no contaminen la tierra, el agua o el aire. Este trato puede ser el reciclaje o almacenamiento en lugares especiales.

Pero, ¿cómo hacemos la clasificación?

En República Dominicana no existe un manejo formal de los desechos, por esto es responsabilidad de cada quien hacerlo y llevarlo o contactarse con centros de acopio que trabajen con este fin. Es importante entender que se dividen los materiales que tienen un uso potencial para los recuperadores. Estos por lo general son todos inorgánicos que se pueden volverse a utilizar, o se pueden reciclar. La división de los desechos se hace de la siguiente forma:
-Papeles y cartones: 
aquí se agrupan periódicos, cajas, revistas, libros, canastas de huevos, hojas y tubos de cartón. Estos no deben estar contaminados con grasa o algún otro producto.

-Plásticos: existen muchos tipos de plásticos, 7 para ser exactos, y todos deben tratarse de forma diferente, pero en nuestro país los que se reciben en centros de acopio son el 1, 2, 4 y 5. El 1 significa PET (tereftalato de polietileno), el 2 se refiere al PEAD o HDPE (polietileno de alta densidad), el 4 es el LDPE o PEBD (polietileno de baja densidad) y el 5 es el PP (polipropileno). En estas categorías entran las bolsas, juguetes, tarros, envases de gaseosa, vajillas, vasos desechables, etc.

-Vidrio: entre estos están las botellas de licor y refrescos, frascos, vasos y recipientes diversos. No se incluye en esta categoría pantallas, bombillas, ni otros.

-Metales: aquí están las latas, el aluminio, el cobre, el plomo, el acero y similares. Aparte de esto, cuando lleves estos desechos al centro de acopio debes asegurarte de que estén en bolsas o cajas adecuadas, que los desechos estén impíos y secos, y asegurarte de llevar solo los desechos que recibe tu centro.
Es bueno entender que cada centro de acopio o cada grupo de recolectores tiene limitaciones y especificaciones para recibir los desechos. Por esto, si decides clasificar debes ponerte en contacto con el centro de recolección que más te convenga y conocer sus restricciones. Recuerda que tus acciones contribuyen a un mundo mejor.