La baja representación laboral en sectores tradicionales de empleo en Puerto Rico, como la manufactura y el sector público, han motivado a los migrantes dominicanos a crear sus propias rutas para obtener ingresos a través del trabajo por cuenta propia, llegando incluso a superar a los mismos locales de la isla.

Así lo plantea el estudio “Quisqueya en Borinquen: un perfil socioeconómico de la población dominicana en Puerto Rico, publicado recientemente por el Instituto de Estudios Dominicanos de la Universidad de Nueva York (CUNY).

Este análisis indica que el 37.9 % de los hombres y el 35.5 % de las mujeres dominicanas eran propietarios de un negocio u ofrecían servicios de manera independiente entre 2016 y 2020. 

Por contra, para el mismo período analizado por la CUNY, solo el 16.6 % de los puertorriqueños se identificó como cuentapropista y una cantidad mucho menor de puertorriqueñas (7.9 %) también.

De esta manera, los hombres y mujeres dominicanos superaron por 21.3 y 27.6 puntos porcentuales, respectivamente, a sus iguales del mismo género nacidos en la isla.

Las estadísticas citadas, provenientes del Censo de Población de Estados Unidos y de la Encuesta sobre la Comunidad de Puerto Rico, muestran que esta tendencia se ha mantenido desde hace más de dos décadas y ha ido cada vez más en ascenso.

Esta realidad va más allá de mostrar un comportamiento emprendedor de la diáspora a simple vista: encuentra sus razones en la situación socioeconómica que viven los dominicanos migrantes en Puerto Rico, analizan Ramona Hernández, Francisco Rivera-Batiz y Sidie Sisay, autores del estudio.

“El trabajo por cuenta propia puede estar vinculado a una mayor participación de los dominicanos en el sector informal, que algunos estiman puede llegar hasta el 30 % del producto nacional bruto de Puerto Rico”, subrayaron. 

Además, Puerto Rico parte de una crisis económica reciente con la emergencia climática que representaron en 2017 los huracanes Irma y María, que dejaron severos daños a su infraestructura energética, vial e inmobiliaria.

Este contexto se agravó con la crisis del COVID-19, generando “un impacto desproporcional en el sector informal de la economía y en los pequeños negocios en general”, que puede explicar, en parte, “la caída de ingreso per cápita promedio de los dominicanos y el aumento de su tasa de pobreza”.

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La diáspora dominicana y los puertorriqueños comparten un rasgo común: se concentran en los sectores de servicio y de comercio, dos segmentos productivos desde los cuales es más común que se emprenda.

En el cuatrienio 2016-2020, el 41.6 % de los empleados en el sector servicios era dominicano y, en el caso del comercio mayorista y minorista, un 22.2 %, porcentajes cercanos a los de los trabajadores puertorriqueños (que representaron 37 % y 22 %, respectivamente).

Menos dominicanos en sectores clave

Similar al panorama dominicano, el sector público en Puerto Rico (que contempla a funcionarios del gobierno estatal, federal y local de la isla) es un importante generador y dinamizador de empleos para toda su población.

Sin embargo, los dominicanos se encuentran “dramáticamente subrepresentados en la fuerza laboral del sector público”, de acuerdo al estudio de CUNY.

De cada 100 dominicanos asalariados a tiempo completo en el sector formal, solo 11 de ellos ocupan puestos gubernamentales, frente a los casi 25 puertorriqueños asalariados que logran acceder a estas vacantes de trabajo en este mercado (una cuarta parte de los trabajadores locales formales).

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Ingreso promedio de empleados en el Gobierno puertorriqueño

Cuando se distinguen los puestos de trabajo en la administración pública, apenas dos dominicanos del total de esta población asalariada durante el cuatrienio analizado los ocuparía, frente a los ocho puertorriqueños del total de empleados formales asalariados.

«Las razones para la diferencia tan amplia de la tasa de participación en el sector público de los dominicanos y de la población puertorriqueña deben ser exploradas en futuras investigaciones. Estas brechas (…) podrían representar patrones de exclusión institucional que deben ser abordados»Hernández, Rivera-Batiz y SisayAutores del Estudio “Quisqueya en Borinquen”“

En el caso del sector privado existen actividades neurálgicas para el desarrollo económico, como lo son la construcción y la manufactura, en las que también hay una baja participación de los dominicanos.

En efecto, sólo 13.2 % laboró en este primer sector mientras que, en el segundo, un 3.5 % ocupaba una vacante en la industria manufacturera para el cuatrienio prepandemia 2016-2020.

A grandes rasgos, estas cifras muestran el por qué para muchos dominicanos –al igual que los migrantes de otros países– se han valido de sus habilidades emprendedoras para llevar un negocio propio o brindar servicios particulares. 

A través de estos emprendimientos, logran cubrir sus necesidades básicas y cumplir con sus obligaciones financieras, así como contribuir mediante el envío de remesas con sus familias en República Dominicana a través del envío de remesas.

Pocos en puestos ejecutivos

¿Cuántos de los dominicanos residentes en Puerto Rico han tenido el chance de ocupar una vacante gerencial, ejecutivo o profesional?

El estudio subraya que sólo un 15.8 % de todos los dominicanos en la fuerza laboral ha logrado escalar hasta estos puestos, en comparación con el 27.4 % para Puerto Rico en general.