Las cinco provincias fronterizas de la República Dominicana vivieron tranquilamente su primera semana con la frontera cerrada y los comerciantes resistieron en calma el perjuicio económico que les causa la interrupción del acostumbrado intercambio comercial con Haití.

Muchos se han alegrado por la medida y la considera necesaria, pero la queja de la gente de negocios corre de norte a sur, y la pregunta es ¿hasta cuándo resistirán?

Las cuatro provincias donde hay pasos fronterizos oficiales tienen comunidades para las que el mercado binacional es fundamental en su economía. Estas puertas son las de Ouanaminthe-Dajabón, Belladere-Comendador (en Elías Piña), Malpase-Jimaní (en Independencia) y Anse-à-Pitre-Pedernales.

Un número importante de comerciantes se dedican a la venta de productos a haitianos que luego lo exportan a Haití para revenderlo allá. Muchos productos comestibles son fabricados especialmente para el mercado haitiano por las grandes empresas dominicanas con nombres y calidades distintos.

Las marcas de aceite, por ejemplo, son desconocidas en los supermercados dominicanos y su color es más oscuro.

Los comerciantes de la frontera esperan las ayudas del Gobierno

Los comerciantes aseguran que no han sido beneficiados todavía de los programas de auxilio que prometió el Gobierno.

En Comendador, Elías Piña, viven una situación difícil porque ellos tienen más de dos meses con la frontera bloqueada por razones distintas. El último cierre vino a agravar el problema.

Desde Pedernales hasta Dajabón los comerciantes coinciden en que las medidas de ayuda del Gobierno todavía no llegan.

“Lo primero que hicieron fue que dijeron que venían en subsidio de los pollos, los huevos, y vinieron e hicieron un saneamiento a los que tienen esos espacios de huevos y pollos, pero no nos han dado otra noticia, no hemos sabido más nada”, afirma Leiby Pérez Alcántara, propietario de un almacén y productor de pollos.

El negociante de Elías Piña considera injusto que se tomara la decisión de forma inesperada sin darles tiempo a prepararse.

“Nosotros entendemos que el gobierno en alguna parte tiene razón, pero en otra parte también debería entender que cerrando la frontera así, de un día para otro, sin dejar que nosotros nos planifiquemos, que podamos salir de los productos perecederos primero… yo entiendo que eso está bien para nosotros, y no solo para nosotros, para el país”, manifiesta.

En Pedernales, la propietaria de un negocio de venta de repuestos para vehículos, Nina Espinal, dice que sólo han ido a tomarle fotos a los negocios, pero todavía no les han hablado de ninguna ayuda.

Abigail Bueno, presidente de la Asociación de Comerciantes del mercado binacional de Dajabón, protestó porque los préstamos a tasa cero que les ofertaron sólo toman en cuenta a los productores y no a los comerciantes.

Las pérdidas, a 17 días de que clausuraran la puerta en ese paso de la frontera norte, es millonaria, porque el de Dajabón es el mercado más grande de los cuatro que se realizan en la frontera, y el cierre en esa provincia empezó antes desde el día 6 de septiembre.

El alcalde de ese municipio, Santiago Riverón, dijo que las pérdidas no sólo afectan a los negocios. El ayuntamiento también se ha visto afectado por la baja en el pago de los tributos al cabildo.