El Día Nacional de la Juventud que se celebra el 31 de enero de cada año, en nuestro país se conmemora en honor a San Juan Bosco quien nació en 1815 y murió en 1888.

Don Bosco es llamado Padre y Maestro de la Juventud. Fue un sacerdote italiano católico, educador y además escritor. Dedicó su vida a mejorar la educación de los jóvenes que se encontraban en las calles e incluso a muchos malhechores que dieron un cambio en su vida por él.

En nuestro país, se recuerda la labor de entrega y formación  que realizó el padre Luis Rosario en favor de los jóvenes que deambulaban sin rumbo por las calles y a los que acogió en la Casa de la Juventud, que todavía funciona en la Zona Colonial.

Este Día de la Juventud encuentra a ese sector poblacional lleno de desesperanzas e incertidumbre ante la imposibilidad de acceder a los lugares de trabajo, después de haber realizado sus estudios superiores e  incluso los universitarios. Se cansan de entregar currículo y el trabajo no les llega.

La falta de experiencia es lo que ponen como excusa los empresarios del sector privado y los incumbentes de las  instituciones públicas para no emplear a los jóvenes, sector que representa la fuerza laboral más productiva e innovadora en ambos sexos, en el país.

Hay que reconocer el espacio de trabajo que ofrecen a los jóvenes las grandes cadenas de supermercados que tienen como política emplear a jóvenes que han terminado el bachillerato y que consiguen en esos negocios su primera experiencia de trabajo.

Los almacenes de provisiones y otros productos que no son comestibles también dan oportunidades a los jóvenes. Además los talleres de repuestos, colmados, con sus deliverys. Los autobuses y minibuses ofrecen a los cobradores sus primeros trabajos, muchos de los cuales luego pasan a ser choferes. Lo mismo sucede con las guaguas plataneras que tienen a sus ayudantes y luego que los jóvenes conocen el trabajo y, consiguen los recursos, se dedican a instalar su propio negocio.

Las plataformas digitales de taxis también ofrecen trabajo a los jóvenes sin tener que llenar muchos requisitos, siempre y cuando tengan dinero para inscribirse y cuyo pago puede ser diario, semanal o mensual, lo que les ofrece la oportunidad de poder pagar a tiempo su membresía.

La falta de laboriosidad de los jóvenes los empuja a buscar formas de ganarse la vida no muy claras y a acostumbrarse a conseguir el dinero fácil que los conduce a la delincuencia callejera que en la actualidad afecta, grandemente, a nuestro país.

A los jóvenes se les encuentra haciendo diferentes trabajos por primera vez. Para algunos su primer trabajo es limpiar zapatos, otros venden botellas de agua y otros, artículos diversos en las esquinas. Limpian vidrios, entre otros oficios informales para los que solamente se necesita la voluntad de hacerlos.

Es importante el trabajo que realizan instituciones como el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) que preparan a los jóvenes para trabajar en diferentes áreas y luego de concluir sus estudios son insertados de inmediato en el mercado laboral.

También, el Ministerio de Educación cuenta con varios politécnicos, en todo el territorio nacional, en donde se prepara a los estudiantes en diferentes modalidades para que cuando terminen sus estudios puedan de inmediato conseguir un trabajo en cualquiera de las especialidades prácticas que se les enseñan.

Hay países en donde la educación de los estudiantes es gratuita, hasta en los niveles universitarios como Suecia, Estados Unidos, Alemania, Francia, Brasil, Argentina, Grecia y otros, de ahí que algunos países envían a sus jóvenes a estudiar en esas universidades en donde solo se necesita su presencia y buenas calificaciones.

Por otro lado, es alarmante la gran cantidad de jóvenes que salen embarazadas, en nuestro país, que no llegan a cumplir los 15 años cuando ya tienen su primer bebé. Parejas jóvenes que por falta de orientación comienzan a tener hijos sin prepararse para ello y que luego representan una carga para sus familias y para el Estado.

La República Dominicana está dentro de los cinco países con mayor proporción de adolescentes embarazadas en América Latina, de acuerdo al Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).

Nuestro país tiene el privilegio de ser una nación compuesta por jóvenes que superan el 33% de la población de acuerdo a una proyección del Censo Nacional de Población y Vivienda del 2010, como lo destaca en un escrito el periódico Diario Libre. En 2015 el 34% de la población tenía entre 15 y 34 años, según publicación del periódico Hoy.

A nivel global, los jóvenes representan el 33% de la población, de acuerdo a cifras del Fondo de Población de las Naciones Unidas en el 2020. De esa cantidad el 15.5% tenía entre 15 y 24 años de edad.

La falta de una política acertada por parte del Estado mantiene a la mayoría juventud dominicana en la ociosidad a merced de los que tienen dinero de dudosa procedencia y que ven en los desesperados jóvenes una carnada para seguir realizando sus turbios negocios y que conducen a la juventud a la cárcel o al cementerio.

Por: María Hernández