El candidato presidencial republicano, Donald Trump, ha declarado este miércoles su victoria en las elecciones a la Casa Blanca y ha celebrado este hecho como un «momento histórico» que supone el comienzo de una «era dorada» para el país, a pesar de que aún no se ha confirmado oficialmente su victoria en los comicios.

Trump, acompañado de su familia y de su candidato a la Vicepresidencia, J.D. Vance, ha celebrado su triunfo como la expresión de su movimiento MAGA (Make America Great Again), en un momento en el que las proyecciones de los grandes medios le dan como virtual vencedor frente a la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris.

«Es un movimiento como nadie ha visto nunca. El movimiento político más grande que se ha visto nunca en este país», ha declarado desde su cuartel electoral de West Palm Beach (Florida), antes de agregar que «ayudará a sanar al país». «El país necesita ayuda. Vamos a arreglar las fronteras, vamos a arreglarlo todo», ha sostenido.

Así, ha recalcado que «se ha hecho historia por un motivo» y ha añadido que su campaña «ha superado obstáculos que nadie pensó que sería posible superar» y ha dado las gracias a la población por el «extraordinario honor» de ser elegido nuevamente como presidente.

«Lucharé por vosotros y por vuestro futuro. Todos los días lucharé por ustedes, con cada soplo en mi cuerpo», ha indicado, al tiempo que ha prometido de nuevo «hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande» y ha aplaudido la contundencia de una victoria que todavía no ha sido declarada de manera oficial.

«Estados Unidos nos ha dado un mandato poderoso y sin precedentes. Hemos recuperado el Senado», ha declarado Trump antes de reseñar que ha logrado «hacerse con el voto popular» y que «parece que (los republicanos) se mantendrá el control de la Cámara de Representantes» y dar las gracias al presidente republicano del organismo, Mike Johnson.

Trump ha aprovechado su discurso para adelantar que Estados Unidos «tiene unos cuatro grandes años por delante» y ha prometido «trabajar muy duro» para «dar la vuelta al país» y «convertirlo en algo especial». «Es el país más grande, potencialmente el más grande del mundo, con diferencia», ha argumentado.

PROMETE «DETENER LAS GUERRAS»

En este sentido, ha reiterado su compromiso de «sellar las fronteras» y autorizar sólo la entrada «legal» de migrantes en el país norteamericano, antes de defender que su campaña ha sido «la más unificada» en Estados Unidos, integrando «afroamericanos, hispanos, asiáticoamericanos, araboamericanos y americanos musulmanes».

«Es un realineamiento histórico», ha destacado Trump, quien ha apuntado que «es un núcleo común en torno al sentido común». «Somos el partido del sentido común. Queremos tener fronteras, seguridad, que las cosas sean buenas, que haya una gran educación, tener un Ejército fuerte y poderoso que, en un plan ideal no haya que usar», ha explicado.

El exmandatario ha defendido que durante su anterior mandato «no hubo guerras, al margen de derrotar a Estado Islámico en un tiempo récord». «Dicen que voy a empezar una guerra, pero no voy a hacerlo. Voy a detener las guerras», ha reseñado. «Vamos a mantener nuestras promesas», ha subrayado.

Por último, ha sostenido que «Dios le salvó la vida por un motivo», en referencia al intento de asesinato al que sobrevivió durante un discurso en julio en 2024 en Pensilvania. «Esa razón era salvar nuestro país y restaurar la grandeza de Estados Unidos», ha señalado.

«Vamos a cumplir sea misión juntos. La tarea que tenemos delante nuestro no será fácil, pero voy a emplear cada gramo de energía, espíritu y lucha que tengo en mi alma para el trabajo que me habéis confiado», ha dicho, antes de reiterar que «el futuro de Estados Unidos será mayor, mejor, más firme, más rico, más seguro y más fuerte que nunca antes».