La tarde del sábado 7 de junio, Trinidad de la Cruz, una mujer de 51 años, emprendió una caminata que pronto se convertiría en una odisea que se extendería por casi 48 horas. Junto a un grupo de 30 senderistas, recorrió el trayecto que une la presa de Pinalito con la hidroeléctrica de Blanco, en la provincia Monseñor Nouel. Sin embargo, el camino sereno de esa jornada se tornaría en un laberinto de incertidumbre.

El reloj marcaba las 6:45 p.m. cuando la Defensa Civil recibió la angustiosa noticia de su desaparición. La noche cayó sobre la montaña, y las labores de búsqueda infructuosa de ese sábado se extendieron hasta las 2:00 a.m.

La búsqueda del domingo

El amanecer del domingo 7 de julio trajo consigo una renovada determinación por encontrar a Trinidad.

Juan Salas, director ejecutivo de la Defensa Civil, se encontraba al frente del operativo. Informó que habían sido halladas pertenencias de la mujer en varios puntos de la zona que podrían ser las claves para trazar su paradero. Una llamada de Trinidad a un familiar desde la zona montañosa avivó las esperanzas y dirigió los esfuerzos del equipo de rescate.

“Estamos desplegando todos los recursos disponibles para localizarla y traerla de vuelta sana y salva”, declaró Salas. “Nuestros técnicos trazaron un patrón de búsqueda que les permitirá peinar mejor la zona y encontrarla”.

Desde la madrugada, brigadas del Ejército, la Policía Nacional, la Defensa Civil y numerosos voluntarios se unieron en una misión de rescate intensificada. La pista más relevante sugería que Trinidad se había separado del grupo, convirtiendo cada paso en una búsqueda meticulosa por entre el intrincado paisaje montañoso.

Las horas previas al exitoso rescate

El lunes 8 de julio, la operación de rescate alcanzó un nuevo nivel. Un helicóptero de la Fuerza Aérea se unió a la búsqueda, acompañado por 37 brigadistas y “Max”, un perro de la Unidad Canina especializado en la localización de personas vivas. También el Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 911 desplegó sus drones, equipados con cámaras térmicas y sensores infrarrojos, permitiendo un rastreo en áreas de difícil acceso.

El plan de búsqueda establecía que los helicópteros y drones operarían hasta el anochecer, mientras el personal en tierra continuaría hasta las 11:00 p.m. Cerca de las 4:00 p.m., un helicóptero de la Fuerza Aérea divisó una figura solitaria entre las presas de Pinalito y Blanco. Era Trinidad de la Cruz, quien con ingenio había escrito “HE” en una piedra para ser encontrada.

En los videos del rescate, Trinidad se muestra serena y con buen ánimo, caminando hacia el helicóptero que la trasladaría a una ambulancia para recibir asistencia médica. Posteriormente, fue llevada al Hospital Pedro Antonio Céspedes en Constanza para una evaluación de su estado de salud.

El rescate de Trinidad de la Cruz fue un esfuerzo monumental, coordinado entre la Defensa Civil, COE, Ejército, Cruz Roja, Medio Ambiente, Fuerza Aérea y numerosos voluntarios. La incorporación de la tecnología avanzada del 911, con sus drones y equipos especializados, resultó crucial para localizar a la senderista, subrayando el compromiso y la capacidad de las autoridades para salvar vidas en situaciones de emergencia.

En esas montañas, donde la naturaleza se erige imponente, Trinidad de la Cruz fue hallada y rescatada, un testimonio de determinación y esperanza.