Por Francis Frias
Nagua, Republica Dominicana, 30 marzo 2024.- Ayer fue un día hermoso, sí, hermoso porque vimos en las calles, mujeres, hombres y niños, los cuales pertenecen a un Ministerio llamado ´´Cristo en la calle´´.
Estaban haciendo llamado a los conductores que deben manejar con cuidado, con prudencia, para así evitar accidentes.
Estaban entregando panfletos en honor al todopoderoso.
Pero me llamo mucho la atención un niño-adolescente que nos acerco a entregarnos un papelito de esos con una explicación y sonrisa no casual en estos eventos.
No se su nombre, porque después de llegar a casa y ver los videos y fotos del día, pues me encontré con esa imagen y dije: ´´Excelente, que amable´´. Desde luego le dimos las gracias.
No sabemos quien dirige este ministerio, lo que si sabemos que si todos los niños que están de lleno en este ministerio, están haciendo un gran trabajo, porque de eso se trata enseñar a los niños y adolescentes como se deben hacer las cosas y para eso deben aprender relaciones humanas.
La sonrisa de un niño es el símbolo más conocido de la esperanza y el medidor de la calidad de vida de una sociedad. No la perdamos nunca.
Debemos recordar que los beneficios de la risa y del juego son interminables, que una sola carcajada oxigena nuestra vida, que nos ayuda a tomar aire, a dialogar con nosotros mismos, a ser sinceros ante la vida.
En un momento en el que el mundo necesita más que nunca creer en que hay algo que puede detener la violencia y contener la bondad, encontrarnos con la sonrisa de un niño nos envuelve en un halo de esperanza.
“Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivos, a estar siempre ocupado en algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea”. Paulo Coelho.
Por eso en días como hoy es bueno recordar lo que importa la sonrisa de un niño. Porque cada gramo de felicidad es una tonelada de fortuna para el mundo. Y es que no hay nada que nos llene más de esperanza que ver a un niño feliz y sonreír.