Por más que se quiera defender una causa se debe tener la madurez para debatir con altura. Esta ha sido una de las reflexiones que más se repite en las redes sociales, luego de una falta de respeto de marca mayor contra el presidente dominicano Luis Abinader, protagonizada por la estudiante de la Universidad de Columbia en Estados Unidos, Lizzy George, quien acusó a la República Dominicana de ser una nación racista, homófoba y xenófoba.

Que haya hecho estas acusaciones de forma megalómana no ha sido lo que molestó a los dominicanos, sino la forma en la que increpó al mandatario criollo, al punto de dejarlo con la palabra en la boca.

Como era de esperarse, esta acción no ha pasado desapercibida y la mujer, una activista del movimiento lésbico, cuya novia se ha dicho que es dominicana y ha estado varias veces en el país, ha recibido miles de ataques en redes sociales.

Al aluvión de críticas que le han hecho los dominicanos y varios extranjeros se han sumado varios comunicadores y figuras públicas del país que descalificaron sus argumentos por el irrespeto cometido con la figura presidencial criolla.